Cuando se habla de intolerancia a la fructosa, normalmente se hace referencia a la intolerancia intestinal a la fructosa. Esta forma de intolerancia no conduce a una evitación completa de la fructosa.
Los niños afectados suelen sufrir flatulencias, náuseas y vómitos, calambres, diarrea y estreñimiento después de comer.
Las manzanas y las cerezas, por ejemplo, contienen mucha fructosa. Los cítricos y los melones, por ejemplo, contienen poca fructosa. Las verduras, por lo general, apenas contienen fructosa.
La intolerancia a la fructosa en los niños plantea inicialmente a muchos padres un reto importante. ¿Cómo puede detectarse una intolerancia a la fructosa? ¿Qué síntomas aparecen y qué ocurre tras el diagnóstico? En nuestra guía le proporcionamos mucha información sobre la alergia y le explicamos hasta qué punto se pueden aliviar los síntomas.
[button]Recetas para cocinar con poca fructosa[/button]
Índice de contenidos
1. intolerancia a la fructosa – cómo tratarla
Si se produce una intolerancia a la fructosa en un niño, esto se traduce en una intensa preocupación por determinados alimentos.
Dependiendo de la gravedad de la intolerancia, la ingesta se acompaña de fuertes dolores abdominales y diarrea. Para aliviar los síntomas, es necesario cambiar la dieta.
Cuando se habla de intolerancia a la fructosa, se suele hacer referencia a la intolerancia intestinal a la fructosa. Esta forma de intolerancia no conduce a evitar por completo la fructosa. Más bien, es la cantidad la que determina si los afectados desarrollan síntomas.
El término más reciente malabsorción de fructosa se utiliza cuando el organismo no puede procesar la fructosa adecuadamente, pero no se producen otros síntomas. Sólo uno de cada tres niños que padecen intolerancia desarrolla síntomas. Por este motivo, la malabsorción de fructosa suele pasar desapercibida.
Aunque la fructosa está presente en muchos alimentos, afortunadamente también hay muchos alimentos que no la contienen. Por ello, al principio es importante probar muchas recetas diferentes.
La renuncia consciente a los alimentos que contienen fructosa puede adaptarse paso a paso. Un autotest es una buena forma de averiguar la gravedad de la intolerancia y qué concentración de fructosa puede tolerar el organismo.
Atención: la variante mucho peor es la hereditaria. La llamada intolerancia hereditaria a la fructosa tiene una probabilidad de sólo 1:10.000, mientras que la intolerancia intestinal a la fructosa se da en aproximadamente un tercio de las personas.
2. la detección de la intolerancia a la fructosa en los niños
Muchas alergias pueden diagnosticarse con relativa facilidad mediante una simple prueba. Por desgracia, esto no es posible con la intolerancia a la fructosa. Más bien, los niños afectados por la intolerancia a la fructosa suelen quejarse de algunos o incluso de todos los síntomas siguientes:
- Flatulencia
- Náuseas y vómitos
- Calambres y diarrea
- Estreñimiento
Esta lista no es en absoluto exhaustiva. En muchos casos, los niños también se quejan de problemas psicológicos derivados de la intolerancia a la fructosa y de las molestias asociadas.
Por ejemplo, aparecen dolores de cabeza, mareos, fatiga y problemas para dormir.
Aunque los síntomas de la intolerancia a la fructosa suelen aparecer poco después de una comida, también pueden presentarse con cierto retraso, lo que dificulta el diagnóstico.
Para obtener un diagnóstico lo más preciso posible, debe anotar exactamente lo que come su hijo y qué síntomas aparecen en cada momento. Un diario de síntomas permite al pediatra establecer el diagnóstico de forma más rápida y sencilla.
La prueba en sí es una prueba de aliento. Para esta prueba hay que beber una solución especial de fructosa. Poco después, se comprueba el aliento. El problema de esta prueba es que los síntomas se hacen perceptibles durante la prueba. Especialmente cuando el nivel de tolerancia es muy bajo, aparecen síntomas claros.
Sin embargo, los resultados son relativamente fiables. Sólo en casos de sospecha de intolerancia hereditaria a la fructosa la prueba es demasiado arriesgada. En este caso, sin embargo, existen procedimientos de prueba genética que conducen a un resultado inequívoco.
3. fructosa: la cantidad presente en cada alimento
.Si un niño tiene intolerancia a la fructosa, no sólo la ingesta de fruta supone un gran problema. La fructosa se encuentra en muchos alimentos diferentes que la mayoría de la gente no pensaría que contienen fructosa.
Sin embargo, en caso de duda, son precisamente estos productos los que deben omitirse para permitir al menos el consumo de una pequeña cantidad de fruta.
El consumo de numerosos edulcorantes es especialmente problemático. Debido al dulzor natural relativamente fuerte de la fructosa, muchos fabricantes de productos acabados recurren a ella.
Esto afecta principalmente al azúcar doméstico, pero también a productos naturales como el sirope de ágave, la miel o el sirope de maíz. Las personas que sufren intolerancia a la fructosa también deben evitar el sorbitol, ya que se metaboliza en fructosa.
Los siguientes alimentos contienen cantidades comparativamente elevadas de fructosa:
- Manzanas
- Peras
- Uvas
- Dátiles
- Cerezas
- Higos
Así que, si es posible, opte por frutas con bajo contenido en fructosa. Las siguientes frutas son adecuadas para la mayoría de los niños intolerantes a la fructosa:
- Cítricos (especialmente limones)
- Papayas
- Nectarinas, melocotones y albaricoques
- Melones (tanto melones como sandías)
Las verduras, en cambio, pueden comerse casi sin dudarlo. Casi ninguna verdura contiene más de 1 a 2 g de fructosa por 100 g. Un umbral de 25 g suele considerarse un valor crítico, por lo que no hay que renunciar a las verduras.
Al contrario, es especialmente adecuado para aportar al organismo suficientes vitaminas y no tener que recurrir a complementos alimenticios en forma de comprimidos.
Atención: los cereales, las patatas, la carne, el pescado y la leche no contienen fructosa.
Sin embargo, si compra productos precocinados con empanado o azúcar añadido, el contenido de fructosa es rápidamente demasiado elevado.
4. PREGUNTAS FRECUENTES: Preguntas y respuestas importantes
¿Deben los niños evitar por completo la fructosa si tienen una intolerancia?
No, pero una cura a corto plazo ayuda a limpiar el organismo. Durante esta fase -generalmente se consideran útiles dos semanas- se debe evitar casi por completo la fructosa.
Después, conviene integrar gradualmente en la dieta los alimentos que contienen fructosa.
De este modo, podrá adaptarse con la mayor precisión posible sin tener que renunciar a demasiado. Intente también probar el umbral de vez en cuando para asegurarse de que no está evitando algunas cosas innecesariamente.
¿Existen medicamentos para la intolerancia a la fructosa en niños?
Hasta ahora no existe ningún medicamento eficaz para la intolerancia a la fructosa. A diferencia de la intolerancia a la lactosa, no es posible ingerir fructosa con comprimidos. Sin embargo, con un cambio específico en la dieta, puede llevar una vida sin síntomas en la que usted y sus hijos tengan que prescindir de muy pocas cosas.
¿Hay alguna diferencia entre comer la fruta cruda o cocida?
Aunque la fruta suele perder vitaminas cuando se cocina, la fructosa que contiene también se tolera mucho mejor. Por eso, en la mayoría de los casos no es problemático comer una manzana asada en invierno.
5. recetas para cocinar con poca fructosa
[amazon bestseller=»libro de cocina con intolerancia a la fructosa» items=»3″]