- Las hemorragias en la cabeza no son visibles inicialmente desde el exterior. Una caída, un accidente o un traumatismo craneal pueden desencadenar la hemorragia.
- Incluso los recién nacidos pueden presentar deposiciones sanguinolentas. Las causas pueden ser inofensivas (absorción de sangre al nacer) pero también peligrosas (infecciones intestinales). Siempre hay que consultar a un médico en caso de duda.
- Si un niño se ha cortado o ha sangrado de alguna otra forma, debe detenerse rápidamente, ya que existe riesgo de shock si la hemorragia es prolongada y grave.
Si un niño sangra, ya sea en el ojo, bajo la piel o en las heces, esto provoca rápidamente incertidumbre entre los padres. En nuestra guía hemos resumido qué pueden hacer los padres en estos casos y, sobre todo, a qué deben prestar atención.
1. responder rápidamente a una hemorragia cerebral
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Si un niño se golpea la cabeza o se cae jugando, las lesiones no siempre se reconocen inmediatamente. En particular, las hemorragias en la cabeza no son visibles desde el exterior. Si se rompe un vaso sanguíneo del cerebro o se produce una presión perjudicial, puede producirse una hemorragia cerebral. Los padres deben vigilar de cerca a sus hijos durante las 48 horas siguientes a una caída o golpe en la cabeza. Si el niño muestra alguna anomalía, como un cambio de consciencia, vómitos, llanto prolongado, mareos o apatía, los padres deben acudir inmediatamente al hospital.
2. Hemorragias intestinales: éstas pueden ser las causas
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Un médico debe diagnosticar la causa de la hemorragia intestinal en los niños. En muchos casos, los bebés y los niños pequeños se ven afectados por una fisura anal. Esto se manifiesta por sangre de color rojo brillante que se deposita en las heces.
Si la sangre es más oscura, suele proceder del intestino grueso. Una de las causas de este tipo de hemorragia pueden ser los pólipos intestinales (excrecencias generalmente benignas de la mucosa intestinal). Por regla general, son inofensivos y el niño no presenta ningún otro síntoma. Sin embargo, las hemorragias intestinales también pueden tener otras causas, como infecciones intestinales que se manifiestan con diarrea sanguinolenta. Además, hay síntomas como fiebre y calambres abdominales.
Las heces sanguinolentas tampoco son infrecuentes en los recién nacidos. Aunque la sangre en las heces puede asustar a los padres al principio, a menudo tiene una explicación sencilla. Durante el parto, el bebé puede tragar sangre materna, lo que provoca heces sanguinolentas. Si no está seguro, consulte siempre a un médico.
Precaución: De vez en cuando, las hemorragias intestinales pueden confundirse con hemorragias simuladas. Alimentos como la remolacha o los colorantes alimentarios también pueden teñir de rojo las heces. Las heces negras también pueden ser causadas por alimentos como el regaliz, el hierro y las pastillas de carbón.
3. hemorragias subcutáneas y oculares
Hemorragia subcutánea | Descripción |
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Trastorno de la coagulación | A los niños pequeños les gusta estar activos y retozar mucho. Puede ocurrir que se hagan hematomas. Estos hematomas suelen ser inofensivos. No obstante, los padres deben vigilarlos y, en su caso, pedir a un médico que compruebe si se trata de hematomas normales o si están causados por un trastorno de la coagulación. |
Petequias | Las petequias son hemorragias bajo la piel del tamaño de la cabeza de un alfiler. Son hemorragias de los vasos sanguíneos más finos de la piel. Al principio, aparecen pequeñas manchas de sangre en los tobillos y la parte inferior de las piernas. Más tarde pueden aparecer por todo el cuerpo. Estas hemorragias están relacionadas con una alteración de la hemostasia, a menudo causada por una alteración de la función plaquetaria. Las petequias no son una enfermedad en sí mismas, pero las hemorragias bajo la piel pueden ser causa y síntoma de otras enfermedades. Si los padres descubren estas hemorragias cutáneas en sus hijos, deben consultar a un médico y hacer que examinen al niño. |
Hemorragias oculares | Si los niños juegan con objetos afilados o sustancias corrosivas, pueden producirse hemorragias oculares y lesiones graves. Incluso un objeto extraño en el ojo del niño provocará irritación y enrojecimiento del ojo. Lo mejor es retirar cuidadosamente el objeto extraño del ojo con un paño limpio. Lo mejor es pasar el paño en dirección al ángulo interno del ojo. Si el cuerpo extraño no puede extraerse del ojo del niño de este modo, o si incluso se trata de astillas de vidrio o metal, es imprescindible consultar a un médico. Debe evitarse que el niño se frote el ojo. Para ello, se puede cubrir el ojo afectado con un vendaje estéril. |
4. Detener la hemorragia: cómo aplicar el vendaje de presión
Si un niño se ha cortado o ha sangrado de alguna otra forma, debes detener la hemorragia inmediatamente porque existe riesgo de shock si la hemorragia es prolongada y grave.
Para detener la hemorragia, primero hay que tumbar al niño. Si la hemorragia es en el brazo o la pierna, debes elevar la parte del cuerpo afectada para cortar el riego sanguíneo. Hay que utilizar compresas estériles para el vendaje compresivo. Lo mejor es trabajar en parejas: mientras uno detiene el riego sanguíneo, el otro puede aplicar un vendaje de presión.
Si una herida no deja de sangrar a pesar del vendaje de presión, aplica un segundo vendaje de presión más apretado sobre elprimero.
Una vez que la hemorragia se haya detenido y el niño haya sido tratado con un vendaje de presión, se puede llamar a una ambulancia. El niño debe seguir bajo la supervisión de un adulto para que permanezca consciente.
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Consejo: Si se ha cortado un dedo u otra parte del cuerpo, debe envolverse en una bolsa de plástico nueva y llevarse al hospital refrigerado en una segunda bolsa de plástico con cubitos de hielo.
Instrucciones para detener la hemorragia:
- Tenga a mano un paquete de apósitos. Coloque el apósito sobre la herida sin tocarla primero. Si no tiene a mano un apósito o compresa, puede utilizar como apósito un pañuelo limpio o un paño de cocina recién lavado.
- Envuelve la venda dos o tres veces alrededor de la parte afectada del cuerpo para reforzar el apósito.
- A continuación, envuelve un segundo paquete de vendas o venda de gasa exactamente sobre la herida y envuelve la parte del cuerpo con mayor tensión. Por último, asegure el vendaje con un esparadrapo o una pinza para vendajes.
- Incluso cuando hayas aplicado el vendaje de presión, debes elevar el brazo o la pierna.