- La gripe es peligrosa para los bebés porque su sistema inmunitario aún no está completamente desarrollado.
- Si el bebé enferma, los síntomas pueden aliviarse con medicamentos y remedios caseros.
- El hecho de vacunar o no a su hijo contra la gripe debe sopesarse en función de las ventajas y los inconvenientes.
Si tu bebé contrae la gripe, no hay por qué alarmarse. No obstante, debes estar atenta a ciertos signos para poder reaccionar a tiempo de la forma adecuada. Averigüe aquí cómo puede reconocer la gripe en su bebé, si la vacunación tiene sentido, qué opciones de tratamiento existen y qué más debe saber y prestar atención.
El periodo de incubación hace referencia a la rapidez con la que se manifiesta una enfermedad tras la infección. Es el tiempo que transcurre entre la infección por un agente patógeno concreto y la aparición de los primeros síntomas.
Índice de contenidos
1. la gripe es muy contagiosa y comienza con fiebre
La gripe es incluso más perjudicial para los bebés que los propios síntomas, porque debilita durante más tiempo el sistema inmunitario del bebé, que de todos modos no está totalmente desarrollado. Las bacterias pueden propagarse y causar peligrosas infecciones secundarias. Por ejemplo, inflamaciones de las meninges, los pulmones o el oído medio, así como otras enfermedades. Por tanto, preste atención a los signos que se indican a continuación para acudir inmediatamente al médico.
La auténtica gripe, también llamada influenza, es una infección vírica con un alto riesgo de contagio. Está causada por el virus de la gripe A, rara vez B. La enfermedad se transmite por gotitas, por ejemplo, al estornudar, respirar, toser o hablar de la persona infectada. El contacto directo con personas u objetos infectados (por ejemplo, dar la mano o el pomo de una puerta) también puede provocar la transmisión.
El periodo de incubación es de 2 a 3 días, a menudo sólo horas. Sin embargo, un día antes de que la persona afectada experimente los primeros síntomas, ya es contagiosa. El riesgo de infección se mantiene durante unos 5 días, en bebés y niños incluso hasta 7 días.
La gripe no debe confundirse con una infección similar a la gripe, que suele ser mucho menos grave. La mayor diferencia entre la gripe y una infección similar a la gripe es que un resfriado suele empezar con tos y catarro. La gripe, en cambio, empieza con fiebre alta, a menudo muy por encima de 39 grados. Sólo entonces aparecen otros síntomas.
2. El curso de la enfermedad va acompañado de síntomas graves.
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Cómo saber si tu bebé tiene gripe:
- La enfermedad empieza de repente
- Sube la fiebre hasta 40 grados
- escalofríos, dolor de cabeza y dolor en las extremidades
- agotamiento pronunciado
- tos seca, resfriado
- dolor de garganta y dolor al tragar
- pérdida de apetito
- molestias estomacales e intestinales como dolor abdominal, vómitos o diarrea
- ojos enrojecidos y párpados hinchados
Si no hay infección secundaria, la gripe dura aproximadamente una semana, a veces hasta 10 días. Después de la gripe, tu bebé seguirá tosiendo durante unas dos semanas y necesitará tiempo para recuperarse adecuadamente.
Consejo: En los dos primeros días tras el brote de gripe, ésta puede contenerse con la ayuda de una terapia antivírica (Tamiflu). Con ello se pretende acortar la duración de la infección, reducir los síntomas y prevenir complicaciones potencialmente mortales. Sin embargo, también es posible que se produzcan efectos secundarios.
3. visita al médico, medicación y remedios caseros: ¿qué conviene y cuándo?
3.1. 6 señales de que debes acudir al médico inmediatamente
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Cuanto más pequeño sea el bebé, más atentamente debes observarlo, porque el pequeño aún no puede expresarse. Por supuesto, no debes volverte loca: se trata de reaccionar rápidamente ante determinados signos. En estas situaciones, no dudes en consultar a un médico:
- si tu bebé tiene 6 semanas o menos de 3 meses – porque a esta edad suele haber todavía «protección del nido» (ver recuadro)
- si tu bebé tiene entre 3 y 4 meses o más, si los síntomas no mejoran al cabo de tres días o si la fiebre supera constantemente los 39 grados centígrados
- si el bebé tiene problemas para respirar y sibilancias
- si la tos es persistente
- si hay calambres, rigidez de nuca y nubosidad de conciencia
- si se forma una mucosidad verde y espesa en la nariz.
Consejo: Mediante la protección del nido, el bebé se beneficia de los anticuerpos que la madre le dio al nacer. Es más fuerte entre los 2 y los 3 meses de edad. La lactancia materna favorece la protección del nido y ayuda a proteger al bebé de la gripe. Como muy tarde a los 9 meses, el bebé ha desarrollado su propio sistema inmunitario.
3.2 Medicación sólo en consulta con el pediatra
Es probable que el médico sea reacio a recetar medicamentos al bebé con gripe. Esto se debe a que incluso pequeñas sobredosis pueden tener un efecto muy negativo en el pequeño y, por ejemplo, dañar el sensible tracto gastrointestinal. Para bebés más mayores, por ejemplo de 7 meses, 10 meses o 1 año, sustancias activas como el ibuprofeno y el paracetamol en forma de supositorios o zumo pueden ayudar a calmar el dolor y reducir la fiebre. También pueden ser útiles las gotas nasales descongestionantes.
Precaución: Antes de administrar cualquier medicamento a tu bebé, debes consultar siempre a tu pediatra y prestar mucha atención a la información sobre la edad que figura en el prospecto.
3.3 Amor, líquidos y remedios caseros para un bebé enfermo
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Lo que puedes hacer es, en primer lugar, darle al bebé mucha atención, cariño y consuelo. Además, el pequeño necesita mucho líquido: se recomiendan 500 ml al día. Recuerda también que el bebé necesita descansar y dormir mucho cuando tiene gripe.
Con los bebés más pequeños, pero por supuesto también con los mayores, puedes probar varios remedios caseros, siempre consultando con el médico. Por ejemplo, el vapor puede ayudar a aflojar la tos y la mucosidad de la nariz. Si las vías respiratorias están obstruidas, una posibilidad es dejar que el bebé duerma sentado en una sillita, por ejemplo.
Las compresas calientes en el pecho son útilescontra la tos, pero no las pongas directamente sobre el pecho, sino envuélvelo previamente con una toalla. Las compresas de cebolla, cera de abejas o cuajada o las almohadas de huesos de cereza son adecuadas para este fin. Una franela refrescante en la frente puede ayudar contra la fiebre.
4. protección antigripal para el bebé y los padres
4.1 La vacunación tiene ventajas e inconvenientes
Una medida para proteger a tu bebé de la gripe real es la vacunación. El Comité Permanente de Vacunación sólo la recomienda para niños a partir de 6 meses que padezcan una enfermedad crónica. En última instancia, os corresponde a vosotros como padres decidir si vacunáis o no a vuestro bebé contra la gripe. He aquí una pequeña ayuda para que puedan decidir:
- el bebé está mejor protegido
- en general se tolera bien
- se reduce el riesgo de complicaciones tardías
- más seguridad para usted
- riesgo de reacciones alérgicas
- posibles enfermedades secundarias
- debe repetirse anualmente
- no protege al 100%
4.2 Lleve una dieta sana y salga al aire libre con regularidad.
Como padres, también debéis aseguraros de seguir una dieta equilibrada y rica en vitaminas: así os mantendréis sanos, no contagiaréis a vuestro bebé y las madres también «suministrarán» leche materna rica en nutrientes. Asegúrate también de que la humedad en las zonas de estar y dormir es suficientemente alta y lávate las manos antes de entrar en contacto con el pequeño. Los paseos regulares al aire libre son buenos tanto para ti como para tu bebé: asegúrate de llevar ropa de abrigo y protégete de las corrientes de aire y la humedad.