Las causas son múltiples y pueden estar ya en el embarazo o en los genes.
La displasia de cadera se diagnostica mediante ecografía. En función de los valores medidos, se procede al tratamiento o a la observación de la maduración normal.
Cuanto antes se inicie el tratamiento, menor será el tiempo de tratamiento y menor el riesgo de efectos tardíos.
Ladisplasia de cadera en niños es una malformación de la cadera. Afecta al llamado acetábulo. Las niñas, en particular, pertenecen al grupo de riesgo. Es importante reconocer la displasia de cadera en el bebé. Sin terapia y tratamiento, los efectos tardíos, como daños permanentes en la cadera, pueden provocar dificultades para caminar o un desgaste doloroso y prematuro. Este artículo ofrece información sobre los síntomas, las causas y las opciones de tratamiento.
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Índice de contenidos
1. displasia de cadera en niños: ¿qué es en realidad?
La malformación de la cadera con el difícil nombre de displasia de cadera puede ser congénita o adquirida. El resultado es siempre el mismo: la cabeza femoral de un bebé con displasia de cadera no encuentra acomodo en la cavidad. La forma más grave de displasia de cadera en bebés es la luxación de cadera. Esto puede llevar incluso a que el fémur se salga literalmente de la cavidad. La deformidad puede afectar a una o a ambas articulaciones.
1.1 La displasia de cadera del bebé se da en un dos o tres por ciento de los recién nacidos.
La forma más grave, la luxación de cadera, es aún más rara. Afecta sobre todo a las niñas. La dificultad para reconocer y tratar esta afección radica en que un bebé con displasia de cadera no presenta síntomas visibles.
No ocurre lo mismo con la luxación de cadera. Si el fémur se sale de la cavidad, las piernas del bebé no pueden extenderse y la malformación se hace claramente visible. Otros posibles síntomas visibles son la diferente longitud de las piernas, el surco anal desplazado y el pliegue púbico.
Atención: Si no se detecta la luxación de cadera, la cavidad vacía puede deformarse tanto que sea imposible volver a colocar el fémur en su sitio (sin intervención quirúrgica).
1.2 Si la displasia de cadera del niño sigue sin tratarse, existe el riesgo de consecuencias tardías
.En la edad adulta, los afectados sufren las consecuencias tardías de la displasia de cadera del bebé si la malformación no se detecta. En la infancia y la adolescencia, la deformidad no tratada ya causa dolor. La displasia de cadera infantil no tratada suele manifestarse en una espalda hueca o una anomalía al caminar, la llamada marcha de pato. El resultado: los huesos se desgastan. Se desarrolla la artrosis. Las posibilidades privadas y profesionales son limitadas.
2 Éstas son las razones de la deformidad denominada «displasia de cadera».
No es posible identificar un catálogo fijo de causas de la displasia de cadera en bebés o niños. Sin embargo, hay una serie de factores de riesgo que pueden favorecer la deformidad. Así lo demuestra la experiencia de los médicos.
- Embarazo: la estancia en el vientre materno puede suponer un riesgo si, por ejemplo, no hay espacio suficiente para que el feto se mueva. Este suele ser el caso de los embarazos múltiples. Además, si el feto pasa el tiempo en el útero no en posición de nacimiento, sino de nalgas, el riesgo de displasia de cadera del bebé es mayor.
- Hormonas: La hormona del embarazo, la progesterona, también es un factor de riesgo. En realidad, esta hormona se encarga de aflojar el anillo pélvico de la futura madre para facilitar la llegada del bebé. Sin embargo, si el bebé es una niña, la hormona también puede aflojar la cápsula articular de la cadera del feto.
- Los genes: Básicamente, el riesgo de displasia de cadera en los niños es mayor si otros miembros de la familia ya se han visto afectados por una malformación de este tipo. Las deformidades en la zona de los pies, las piernas, la columna vertebral o incluso la espalda abierta también se asocian con frecuencia a la displasia de cadera infantil.
Consejo: Una medida preventiva para la displasia de cadera infantil puede ser envolver bien al bebé. Así se separan las piernas y se favorece la posición correcta de los huesos de la cadera. Las aplicaciones del campo de la osteopatía y la fisioterapia también pueden ayudar a movilizar y fortalecer la parte del cuerpo que rodea la cadera.
3. Para el diagnóstico de la displasia de cadera: la ecografía forma parte del cribado U2.
El cribado U2, que se realiza al bebé en sus primeros días de vida, es el primer control rutinario para diagnosticar o descartar una displasia de cadera en el bebé. Para confirmar el diagnóstico, se realiza una ecografía como parte del cribado U3 si existen factores de riesgo.
Durante el examen, el pediatra vigila estos tres puntos, difíciles de reconocer como síntomas por los padres: Los pliegues cutáneos en la base de los muslos (o su asimetría), la capacidad de las piernas para abrirse y la estabilidad de la articulación de la cadera.
Este vídeo ofrece instrucciones sencillas sobre el funcionamiento de los pañales de tela:
3.1 A modo de referencia: esto es lo que significan los resultados de la ecografía
La ecografía es un tratamiento indoloro en el que el pediatra mide la posición de la cadera de tu hijo. En kinderhueftsysplasie.de encontrará información detallada sobre los resultados de cada ecografía. En cada lado se mide el ángulo del techo acetabular (= ángulo alfa) y el ángulo del techo del cartílago (= ángulo beta).
Los valores más importantes son éstos:
- No es necesaria ninguna terapia si el ángulo alfa es mayor de 60 grados y el ángulo beta es mayor o menor de 55 grados.
- Es importante un seguimiento estrecho, apoyado en caso necesario por un tratamiento ortopédico, para los valores del ángulo alfa comprendidos entre 50 y 58 grados y para un ángulo beta superior a 55 grados.
- El tratamiento y la terapia son obligatorios si el ángulo alfa está entre 43 y 49 grados o incluso por debajo de 43 grados, pero el ángulo beta es superior a 77 grados. En estos casos extremos, la reducción y la retención se hacen necesarias.
4. métodos de tratamiento de la displasia de cadera en niños: maduración, reducción, retención o cirugía
En cualquier caso, es importante reconocer y observar la displasia de cadera en el bebé en una fase temprana. Muy a menudo, la deformidad remite por sí sola y sólo se mantiene con un «envoltorio ancho». Se puede utilizar un pantalón separador o una férula separadora como apoyo. También se dice que llevar a los bebés con displasia de cadera en un fular favorece la maduración de la cadera. Estos métodos entran dentro del apartado de «maduración», que va acompañado de ayudas. La duración del tratamiento en este caso es de al menos seis semanas.
Si se produce una luxación, es decir, la cabeza femoral se ha salido de la cavidad, debe tratarse en dos pasos: En primer lugar, hay que volver a colocar la cabeza femoral en su sitio. Este procedimiento se denomina reducción en la jerga técnica. A continuación, hay que estabilizar la zona. Esto se denomina retención en la jerga técnica. El llamado vendaje reductor puede ayudar a los bebés con displasia de cadera a colocar la cadera de forma saludable para ellos. Al mismo tiempo, el vendaje de reducción sirve para estabilizar al bebé. Es una opción más cómoda que tener que sentarse con una férula de escayola después de un ajuste manual.
El éxito o el fracaso de un tratamiento, así como su duración, vienen determinados principalmente por el factor tiempo: cuanto antes se inicie el tratamiento, mayores serán las posibilidades de poder llevar una vida sin secuelas tardías.
Si los métodos conservadores aquí descritos no ayudan a corregir la malformación, es necesaria la cirugía.