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Riñas entre hermanos: consejos para padres sobre cómo tratar a niños peleones

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¿Por qué se pelean mis hijos?

Los niños discuten sobre todo para llamar la atención de sus padres. Sin embargo, en la mayoría de los casos, las peleas son beneficiosas para el desarrollo, ya que los niños aprenden a hacer valer sus propias necesidades.

¿Cómo reacciono cuando mis hijos discuten?

No siempre es necesario que los padres intervengan en una pelea entre hermanos. Sin embargo, pueden ayudar a encontrar una solución al conflicto.

¿Cómo puedo contrarrestar las peleas constantes?

Establezca normas familiares que definan cómo tratar a los demás. Refuerce también la confianza de sus hijos en sí mismos para que no estén constantemente buscando atención.

Tener hermanos puede ser maravilloso. Siempre hay alguien que te escucha y con quien jugar. Pero en todas las familias hay disputas entre los hermanos de vez en cuando. Pero, ¿por qué siempre hay conflictos? ¿Y cómo pueden afrontarlos los padres?

En nuestra guía queremos explicarte por qué se pelean los hermanos y por qué estos conflictos son muy importantes para el desarrollo de los niños. Además, te orientaremos sobre cómo afrontar la situación. Por último, te damos consejos para evitar en lo posible las peleas entre hermanos.

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1. a través de la argumentación el niño aprende a formular sus necesidades

A través de las discusiones, los niños aprenden a disculparse por su comportamiento
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La mayoría de los padres se sienten identificados: gritos, portazos, llantos de los niños. Las peleas entre hermanos ocurren en todas las familias y a veces pueden convertirse en un verdadero problema continuo. Por muy buena que sea la educación de los padres, estos conflictos no pueden evitarse por completo.

Y eso es bueno. Porque una pelea entre hermanos es de gran importancia para el desarrollo personal. Fomenta la interacción social y las habilidades para resolver conflictos. Los niños también aprenden a posicionarse y a hacer valer sus necesidades. Por otro lado , también se ven obligados más a menudo a ceder o a encontrar un compromiso.

Además, los niños aprenden a disculparse sinceramente y luego a reconciliarse. Todas estas son habilidades que tienen una enorme importancia en la vida posterior, tanto en el ámbito profesional como en el privado.

Así que mientras la pelea no degenere y los hermanos vuelvan a llevarse bien rápidamente, ustedes como padres no deben preocuparse.

2 Los hermanos discuten por motivos diferentes

Los celos son muy comunes entre hermanos
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A veces se trata del juguete más querido, en otros casos de quién se come las últimas gominolas: los temas de las peleas infantiles pueden ser muy diferentes.

Losmotivos por los que surge una pelea suelen ser los siguientes:

Lasáreas de atención y amor desempeñan un papel muy importante en el desarrollo de las discusiones. Cuando los niños discuten y se ponen a gritar, su comportamiento puede hacer que estén seguros de que sus padres estarán en la puerta en un santiamén y dejarán todo para ocuparse de ellos.

Pero los celos entre hermanos también pueden ser el detonante de una discusión. Esto es especialmente frecuente cuando los niños viven por primera vez bajo el mismo techo que sus padres y, al cabo de unos años, llega una hermanita o hermanito. Un bebé exige mucha atención, por lo que los hermanos mayores suelen sentirse desatendidos y poco queridos.

Es normal que exista cierta rivalidad entre hermanos. Cuanto menor es la diferencia de edad, más pronunciada es. También se intensifica cuando los padres tienden a comparar a sus hijos entre sí con demasiada frecuencia. Esto puede hacerles sentir que valen menos. Para evitarlo, hay que reconocer y alabar los puntos fuertes de cada niño.

Con los niños pequeños, el aburrimiento también suele ser el culpable de una discusión. Como todavía no saben arreglárselas solos, buscan la interacción social, que a menudo acaba en discusión. Así que asegúrate de que tus hijos tienen tantas actividades individuales como sea posible.

3. consejos para que los padres resuelvan una discusión entre hijos

Como ya se ha dicho, las discusiones son inevitables y forman parte de la vida cotidiana de todas las familias. Básicamente, como padres, lo primero que deben hacer es mantenerse al margen de las discusiones de sus hijos. Como se trata sobre todo de llamar la atención, sólo animarían a sus hijos si interfirieran inmediatamente.

3.1 No asumas el papel de árbitro

Asegúrate de intervenir en una discusión si se convierte en un altercado físico
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En algunas situaciones, sin embargo, es necesario que intervengas de forma útil y resuelvas la disputa. Sobre todo si el conflicto degenera en violencia. Pero incluso si ves que tus hijos no llegan a un acuerdo, puede ser útil intervenir.

Sin embargo, en ningún caso debe asumir el papel de árbitro. Esto se debe a que normalmente sólo intervienes cuando la discusión ya está en pleno apogeo. En ese momento, no puedes valorar qué ha precedido a la discusión ni quién es responsable de ella.

Así que no tomes posiciones poniéndote de parte de uno u otro niño.

3.2 Mostrar comprensión

Lomejor es que muestres comprensión hacia las respectivas necesidades en esta situación. Deja claro a tus hijos que es normal que la gente tenga puntos de vista diferentes, que deben tomarse en serio.

Anima a los niños a describir la disputa desde su punto de vista personal. ¿Por qué ha ocurrido la discusión? ¿Cómo me siento? ¿Qué me parece injusto? De este modo, darás a tus hijos la oportunidad de reflexionar sobre su propio comportamiento y el de la otra persona.

3.3 Separar a los contendientes en caso de duda

En algunas situaciones, la ira y la agresividad son tan grandes que el enfrentamiento verbal se convierte en físico. En este caso no tiene sentido hablar del problema.

Primero hay que separar a los niños pidiéndoles que vayan a habitaciones diferentes. Allí podrán calmarse y reflexionar sobre su comportamiento.

Consejo: a veces también ayuda abrazar a los dos niños al mismo tiempo y decirles palabras reconfortantes.

3.4 Guiar a los niños para encontrar una solución

El conflicto como causa de estrés

En el estudio sobre estrés de TK de 2016, el 24% de los encuestados afirmó sentirse estresado por los conflictos con sus seres queridos. Así que resolviéndolos, podemos ahorrarnos algo de estrés en el día a día.

Cuando los niños se hayan calmado de nuevo, hay que animarles a encontrar una solución al conflicto. Esto es posible con niños a partir de unos cuatro años. En este momento, lo mejor es actuar como moderador que guía toda la conversación.

Cada niño puede expresar ahora sus deseos sobre la mejor manera de poner fin a la disputa. Si a ninguno se le ocurre nada, puedes ofrecer distintas soluciones. Explique que no siempre es posible conseguir lo que uno quiere. Más bien hay que encontrar compromisos con los que ambas partes puedan vivir.

Puedes encontrar más consejos sobre cómo afrontar una pelea entre hermanos en el siguiente vídeo:

4. unas normas familiares claras pueden reducir las peleas y los conflictos

Sentaos en familia para establecer las normas para llevaros bien
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Por supuesto, no todas las discusiones pueden evitarse. Ni es necesario hacerlo. Sin embargo, como padres siempre debéis ser un modelo para vuestros hijos. Esto significa que debes dar ejemplo a tus hijos de cómo afrontas tú mismo los conflictos.

Para evitar que el conflicto degenere, es buena idea establecer normas familiares que se apliquen en todas las situaciones.

Podrían ser, por ejemplo, las siguientes:

Por supuesto, estas reglas no son universalmente válidas. Sin embargo, la recopilación puede servir de sugerencia para organizar la convivencia diaria de forma armoniosa. Cada familia debe analizar individualmente qué normas y valores son especialmente importantes para ella.

El establecimiento conjunto de normas familiares une a los miembros de la familia. Todos pueden contribuir y dejar claras sus necesidades.

Para reducir la rivalidad y los celos, procure que sus hijos desarrollen una sana confianza en sí mismos y no se sientan desfavorecidos. Por tanto, aborde regularmente los puntos fuertes individuales de cada niño. Elógielos y hágales sentirse valiosos e insustituibles.

5. más bibliografía sobre el tema

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